El informe Igualdad de género en investigación científica, elaborado por la Sociedad de Científicos Españoles en el Reino Unido con la colaboración de la Fundación Cotec, revela que la mitad de las investigadoras españolas cree que ser mujer dificulta su carrera. Además, el 70 % de las científicas piensa que las investigadoras no ocupan suficientes puestos de liderazgo en España. Para paliar estos desequilibrios, empresas e instituciones implementan medidas de igualdad de género en I+D en toda Europa, iniciativas cuyos resultados no suelen ser evaluados desde el punto de vista científico.
Una investigación en la que participan la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) y la Universidad de Aarhus (Dinamarca) y que dirige la organización de investigación alemana Fraunhofer ha analizado diecinueve intervenciones de este tipo en seis países europeos (entre ellos España) y ha concluido que hacen falta más recursos y que es necesario que los empleados y empleadas tengan competencias en género para que estas medidas de igualdad sean efectivas.
«Una de las principales áreas para que las instituciones mejoren es el nivel de competencia en género en toda la institución, que va desde los empleados sin cargos de responsabilidad, pasando por la gerencia media, hasta los puestos directivos que toman las decisiones», explica Rachel Palmén, miembro del grupo de investigación Género y TIC del Internet Interdisciplinary Institute (IN3) de la UOC y autora principal de la investigación.
El estudio, que se ha publicado en la revista Evaluation and Program Planning, analiza diferentes iniciativas de igualdad de género implementadas en sectores como la educación superior, el sector empresarial y el gubernamental. Los países escogidos han sido Austria, Dinamarca, Alemania, Hungría, España y Suecia y las intervenciones analizadas fueron a escala regional, nacional e institucional.
Más recursos en medidas de igualdad
En cada uno de los diecinueve estudios de caso, las científicas llevaron a cabo un análisis documental y realizaron entre cuatro y doce entrevistas con los responsables de las políticas de género, las personas beneficiarias de las medidas y algunos empleados y empleadas.
La investigación, que se enmarca en el proyecto EFFORTI, analizó la implementación de las medidas de igualdad de género teniendo en cuenta ocho parámetros: si eran coherentes con los objetivos marcados, si habían cambiado a lo largo del tiempo, quién asumía las responsabilidades, su relación con los órganos de toma de decisiones, qué procedimientos fijados había, qué factores inhibían su implementación, qué factores la promovían y si las barreras que había podían superarse.
En el caso de España, Palmén destaca que la cantidad de recursos dedicados a las medidas de igualdad de género en I+D era mucho menor en comparación con países como Austria, Alemania o los países nórdicos. «En los estudios de caso españoles vemos una falta constante de recursos para este tipo de intervenciones, aunque las expectativas de un cambio real siguen siendo altas, lo que genera expectativas poco realistas de lo que realmente puede lograrse», señala la investigadora.
A pesar de esta falta de recursos, España presenta uno de los marcos legislativos más desarrollados en materia de igualdad de género en I+D. «Cuenta con una rica experiencia en el desarrollo de los planes de igualdad de género y tiene algunos de los expertos más famosos de Europa en esta área», afirma Palmén.
Más que igualdad en cifras: reducir los sesgos de género
La investigación pone de relieve una idea muy extendida basada en que la igualdad de género se limita a que haya el mismo número de mujeres y hombres en una empresa o institución. «Es mucho más: también implica pensar en cómo los procesos y los procedimientos en el ámbito institucional pueden promover o reducir el sesgo de género», indica la investigadora.
En el caso concreto del sector dedicado a la I+D, las medidas van un paso más allá de lograr un cambio institucional y abarcan la inclusión de la dimensión de género en la investigación y en la innovación. «Las intervenciones de igualdad de género en I+D son complejas y cualquier evaluación de estas medidas debe tener en cuenta esta complejidad», plantea Palmén.
El proyecto EFFORTI fue coordinado por el Instituto Fraunhofer de Investigación de Sistemas e Innovación ISI y otros socios, incluidos el instituto Fraunhofer CeRRI, la UOC, Joanneum Research, la Universidad de Aarhus, la Asociación de Mujeres Científicas de Hungría (NaTE) e Intrasoft. El proyecto fue financiado por el acuerdo de subvención del programa marco Horizonte 2020 710470.