Al graduarse como biólogo marino, a sus 20 años, tuvo el privilegio de escuchar a Jacques Cousteau hablar de estos mamíferos acuáticos. Para el joven biólogo el consejo de la leyenda de la biología y la exploración fue determinante. Tanto, que acabó dedicado a la búsqueda y protección de los delfines de río. Investigador principal de la mayoría de los proyectos que se llevan a cabo en la Orinoquia y en la Amazonia, posee una amplia experiencia en investigación y conservación de especies amenazadas, con énfasis en mamíferos acuáticos, y en el manejo de ecosistemas prioritarios. Llegó al Amazonas en un avión de carga y en una balsa inflable recorrió sus afluentes en busca de delfines. Lo empezaron a llamar Omacha, que significa “hombre delfín”. Decidió llamar así la fundación, que se instaló en sus inicios en Puerto Nariño y que hasta hoy lidera la protección de nuestras especies fluviales amazónicas. En los últimos meses, Fernando Trujillo y Omacha se han enfocado en convencer al gobierno colombiano de prohibir la comercialización del pez mota, empezando por ofrecer evidencia sólida de sus niveles de mercurio e identificar y proponer alternativas de subsistencia para quienes dependen de su pesca.Trujillo promueve la conservación de especies y ecosistemas fluviales de Colombia, entre ellas, una de las más carismáticas: el delfín rosado. En 2007, recibió el Whitley Gold Award por su trabajo en favor de la conservación de los delfines de río, en la Real Sociedad Geográfica de Londres (Inglaterra), uno de los más prestigiosos reconocimientos ambientales en el ámbito internacional.