Fue guardia en el campo de concentración de prisioneros políticos de Corea del Norte en 12 cárceles diferentes durante ocho años de su vida. Ahn admite haber participado en los actos violentos pero afirma que no mató nunca a nadie. En 1994, su padre se suicidó porque el Partido Comunista le acusó de traición, y su madre y hermanos fueron trasladados de inmediato a uno de los Gulag. En ese momento, entendió que tenía que escapar, así que emprendió una larga travesía en la que logró llegar hasta Corea del Sur, donde en la actualidad se ha convertido en una de las 120 voces que denuncian la existencia de estos campos de concentración en manos de Kim Jong Un. Actualmente es Secretario General del Centro para la Democratización de Corea del Norte.

 

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