El tipo de abeja de la miel en el que se convertirá una larva, reina u obrera, depende del contenido de microARN de ciertas plantas en su dieta. Esta es la principal conclusión de estudio de investigadores chinos, que han descubierto que determinados ácidos ribonucleicos retrasan el crecimiento de estos insectos y mantienen inactivos los óvulos de las hembras.

Una abeja polinizando una flor. / PIXABAY

Es sabido que el tipo de alimento que consumen las abejas melíferas (o de la miel) desde la fase larvaria determina su clase. Las obreras y los zánganos se nutren de una mezcla de polen y miel, conocida como pan de abeja, mientras que las reinas se alimentan exclusivamente de jalea real. Sin embargo, el desarrollo de estos insectos no es tan sencillo como se creía.

Un equipo de investigadores de la Universidad de Nankín (China) ha descubierto que el microARN de algunas plantas –una molécula de ácido ribonucleico que controla expresión genética de estos seres– retrasa el crecimiento de las abejas melíferas y mantiene inactivos los óvulos de las hembras. Así, está molécula regula el tipo de abeja en la que se convertirá cada larva.

El trabajo, publicado en la revista PLOS Genetics, revela que la abeja reina es la única fértil y la más grande de la colmena debido a que la jalea real contiene una menor cantidad de los microARNs estudiados que el pan de abeja.

La abeja reina es la única fértil y la más grande debido a que la jalea real contiene una menor cantidad de microARN específicos que el pan de abeja

La asociación como mecanismo de supervivencia

Para obtener estos resultados, los científicos han criado a dos enjambres de abejas: uno de ellos alimentado con polen y miel suplementado con microARNs de plantas, y otro igual pero sin complementos alimenticios. Al poco tiempo, han observado que los ejemplares del primer grupo se desarrollaban de forma más lenta y tenían un cuerpo y ovarios más pequeños que los del segundo.

Además, en experimentos posteriores han descubierto que uno de los ácidos ribonucleicos más comunes en plantas afecta al gen TOR, que ayuda a determinar la clase en esta especie de insecto.

Según los autores, estos hallazgos evidencian que el desarrollo de cada tipo de abeja es un proceso más complejo de lo que se pensaba. Y muestran la influencia del microARN en el desarrollo y evolución de algunas especies.

“La regulación del desarrollo de las abejas melíferas por microARNs de plantas revela como la asociación de estas dos especies ha garantizado su supervivencia”, explica Xi Chen, líder del estudio, y añade, “Futuros estudios, en este ámbito, podrían esclarecer cuál es el impacto del procesamiento de alimentos en la evolución de la eusocialidad –la estructura social de cooperación que existe en especies como hormigas, abejas o avispas–”.

Esquema de la regulación del micro ARN de plantas en el desarrollo de las abejas melíferas. / Drs. Xi Chen y Kegan Zhu

Fuente: SINC